
Frida Guzmán no niega su apellido, pero tampoco deja que este defina su presente ni su futuro. Nacida en septiembre de 2005 en Culiacán, Sinaloa, esta joven cantante de 20 años ha decidido forjar su identidad lejos del estigma y cerca del escenario.
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Hija de Édgar Guzmán López —asesinado en 2008 durante un conflicto entre cárteles— y de Frida Muñoz, Frida ha sido también hijastra del boxeador Julio César Chávez Jr. Su linaje la ha convertido en una figura mediática, pero ella prefiere que se hable de su música.
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Desde pequeña, Frida supo que el canto era su vocación. Fue a los 11 años cuando comenzó a tomar clases de música, y a los 15 se presentó al programa de telerrealidad Tengo talento, mucho talento, donde alcanzó el tercer lugar.
A lo largo de los años ha compartido escenario con agrupaciones del regional mexicano y ha seguido puliendo su estilo, influenciada especialmente por la desaparecida Jenni Rivera, a quien admira profundamente.
En 2020 debutó con una versión del clásico “Ya te olvidé” de Rocío Dúrcal, aunque su impacto fue modesto: 2.733 reproducciones en Spotify. En 2024 volvió a apostar por los covers con “Leña de Pirul”, esta vez junto a Ely Rosario, alcanzando casi 16.000 escuchas.
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Frida Guzmán se lanza a la industria musical
No obstante, fue apenas hace unos días que lanzó lo que muchos consideran su carta de presentación real: Andas Contando, un dueto original con la compositora y cantante Cecy Millán, que también cuenta con la colaboración de Estrella Arzeta Diego en la creación del tema. En sus primeros cuatro días, la canción superó las 2.800 reproducciones en YouTube.
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Durante una entrevista en el programa Siéntese quien pueda, Frida habló con franqueza sobre el peso de su apellido.
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“La gente te tacha de ser alguien que tú no eres”, señaló, afirmando también que no siente vergüenza por sus orígenes. “No tengo por qué avergonzarme de nada”, aseguró con serenidad.
Actualmente, Frida Guzmán acumula más de 115.000 seguidores en Instagram, donde comparte su vida artística y personal al estilo de cualquier influencer: viajes, sesiones fotográficas, bailes de TikTok y, por supuesto, sus avances musicales.
Aunque creció en Los Ángeles, su corazón late al ritmo de la música regional mexicana, y sueña con seguir los pasos de grandes exponentes como Rivera.
Frida está decidida a hacer que su talento hable por ella. No quiere que su fama sea una extensión de la historia criminal de su familia, sino el resultado de su esfuerzo y de su voz. En un mundo donde los apellidos pueden abrir o cerrar puertas, ella busca que su música sea la llave que las abra todas.
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